La CHMS concluye con éxito la compleja fase previa de traslocación de náyades, necesaria para la reconstrucción de la Aceña de Olga

La CHMS concluye con éxito la compleja fase previa de traslocación de náyades, necesaria para la reconstrucción de la Aceña de Olga
  • El minucioso y pionero trabajo iniciado a finales de julio en el entorno del azud concluye satisfactoriamente y sin incidencias. Se realizará un estrecho seguimiento de las especies afectadas durante cinco años atendiendo al requerimiento de la autoridad ambiental
  • “La importante presencia de náyades, es un indicador clarísimo de la gran calidad ecológica del río Miño a su paso por Lugo”, ha destacado José Antonio Quiroga, recordando el papel clave en términos de oxigenación y filtrado que cumplen las dos especies trasladadas, Unio delphinus y Potomoda littoralis, que tienen en la cuenca del Miño una de las mejores poblaciones del sur de Europa.
  • El proyecto de rehabilitación de Aceña de Olga entra ahora en la siguiente fase, con la construcción de un innovador paso para peces

José Antonio Quiroga, presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), Organismo autónomo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, visita la zona donde ha finalizado, con éxito, la compleja traslocación de náyades, necesaria para la reconstrucción de la Aceña de Olga, en el río Miño a su paso por la ciudad de Lugo.

"La retirada de náyades, mejillones de río, que concluye hoy con éxito, era uno de los retos importantes de esta obra”, ha subrayado este viernes José Antonio Quiroga, presidente de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), en su visita a la zona donde se han realizado los trabajos, iniciados a finales del pasado mes de julio. La relevancia de esta fase previa queda de manifiesto, según ha explicado, en la altísima cantidad de náyades que se han movido, 13.895 bivalvos en total, con una densidad media de 5,6 por metro cuadrado.

“La importante presencia de náyades, es un indicador clarísimo de la gran calidad ecológica del río Miño a su paso por Lugo”, ha destacado José Antonio Quiroga, recordando el papel clave en términos de oxigenación y filtrado que cumplen las dos especies trasladadas, Unio delphinus y Potomoda littoralis, que tienen en la cuenca del Miño una de las mejores poblaciones del sur de Europa.

"Estamos muy satisfechos, esta ejecución de recuperación y protección patrimonial en la ciudad de Lugo, muy unida a la protección medioambiental, transcurre según lo programado”, ha concluido el presidente de la CHMS, indicando que el organismo valora principios de octubre como fecha de finalización del proyecto.

Un trabajo de gran valor patrimonial, ambiental y social

Marta Garrido, técnico de la CHMS y directora de las obras, ha recalcado la importancia de la obra en tanto que se trata de la recuperación de un elemento de gran valor etnográfico para la ciudad de Lugo “y el esfuerzo realizado en la compatibilización de esa restauración patrimonial con la preservación ambiental y también con usos sociales y recreativos de esta zona del río para los ciudadanos”.

Garrido ha destacado el ágil y meticuloso trabajo de técnicos especializados durante las últimas cinco semanas, marcando, caracterizando y separando cada uno de los ejemplares: “Un trabajo ingente y pionero que ha sido necesario realizar para preservar la biodiversidad de esta zona”. Este traslado de especies, inédito en España a este nivel, ha incluido el marcado del 50% de los ejemplares con un código alfanumérico único para realizar el seguimiento de su eficacia. Un seguimiento que se realizará anualmente durante cinco años para garantizar que las especies están sobreviviendo y creciendo de manera correcta y que todo transcurra sin incidencias en el ecosistema fluvial.

Por su parte, Ángel Fernández González, biólogo y director técnico de la empresa Biosfera, que ha acometido los trabajos de esta fase previa, “involucrando entre 10 y 12 biólogos en 25 jornadas prácticamente consecutivas”, ha definido como “muy intensa y exhaustiva” una labor que ha implicado “trasladar y reimplantar los ejemplares de estas especies protegidas y catalogadas como vulnerables en el sustrato del río, uno a uno, casi 14 mil: algo más de 4.000 Unio delphinus y casi 10 mil Potomoda littoralis”.

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