La CHMS inicia el proyecto de rehabilitación de Aceña de Olga con el complejo y minucioso traslado de las náyades aguas abajo de la zona de obras

Detalles

Lunes, 29 Julio 2024

• El informe previo ha identificado dos especies que han de ser trasladadas: Potomida littoralis y Unio delphinus.
• La población afectada de forma directa e indirecta por las obras incluiría hasta un total de entre 7.500 y 15.600 ejemplares.
• Serán recogidos, uno por uno, marcados y trasladados a otros tramos del Miño
• La inversión total necesaria para estas actuaciones de reconstrucción del caneiro y del traslado previo de los bivalvos supera los 697.000 euros

La Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), Organismo autónomo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, una vez confirmadas las idóneas condiciones, ha comenzado en el entorno de Aceña de Olga los trabajos previos a la rehabilitación de la Aceña de Olga, en el río Miño a su paso por la ciudad de Lugo.

De forma paralela al traslado previsto de las especies afectadas se iniciarán los trabajos de reparación que, estructurados en tres fases, se desarrollarán hasta el próximo mes de octubre.

"Se trata de un procedimiento pionero en España", ha explicado José Antonio Quiroga, presidente de la CHMS, quien ha destacado que no existe ningún trabajo tan exhaustivo como el que se está realizando en esta fase previa a los proyectos de rehabilitación del azud y Muíño de Olga, subrayando que permitirá caracterizar en gran detalle los ecosistemas fluviales de las especies afectadas. "Esta es una obra muy importante para la CHMS, para la ciudadanía de Lugo y para los visitantes", ha incidido.

Un desafío técnico que incluye un traslado sistemático y preciso de especies

Los datos obtenidos por el equipo científico del proyecto han evaluado que la población afectada de forma directa e indirecta por las obras incluirían hasta un total de entre 7.500 y 15.600 ejemplares: de forma concreta, entre 4.400 y 9.100 ejemplares de P. littoralis y entre 3.100 y 6.500 de U. delphinus.

Buzos con visores subacuáticos son los encargados de realizar el trabajo de localización de las náyades en las zonas afectadas. A través de técnicas de buceo no autónomo recogen, uno por uno, los ejemplares de forma manual. Estos son mantenidos en recipientes isotermos cubiertos por agua hasta su traslado, realizado en todos los casos durante el mismo día en que son recolectados.

Las especies se trasladan en lotes separados (de 500 ejemplares de P. littoralis y 250 de U. delphinus). Aguas abajo se han seleccionado un total de 12 tramos idóneos, donde los técnicos depositarán los diferentes lotes recogidos. Para cada uno de esos espacios se ha calculado su capacidad máxima de acogida de especies, límite que nunca se superará.
"Los buzos irán recolectando todos los ejemplares que se vayan detectando, de forma individualizada, para luego marcarlos, caracterizarlos y separarlos por especies. Aquí tenemos dos especies que son vulnerables, Potomida littoralis y Unio delphinus", ha indicado Alberto de Anta, comisario adjunto de la CHMS y director de las obras; "son especies que filtran el agua, que van retirando o asimilando ciertos contaminantes que puede haber y que tienen una función muy importante para el ecosistema", ha explicado.

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